CAPITULO
DOS
LEVANTARSE
O CAER
Despertarse fue
como caer en un baño de agua helada. Emma se sento rapidamente, saliendo del
sueño, con su boca abriendose para gritar: “¡Jules! ¡Jules!”
Hubo un
movimiento en la oscuridad, una mano en su brazo, y una luz repentina que
lastimo sus ojos. Emma boqueo y se lanzo hacia atrás, empujando los cojines—
estaba en una cama, con almohadas atras de ella y las sábanas envueltas en su
cuerpo. Pestañeo para acostumbrarse a la luz, tratando de enfocar.
Helen Blackthorn
estaba junto a ella, sus ojos azul-verdes preocupados, con una piedra-runa de
luz en su mano. Estaban en un cuarto con un techo a dos aguas, inclinado en
cada lado, como en una cabaña de cuento de hadas. Una gran cama con cuatro
postes estaba en el centro de la habitacion, y en las sombras detras de Helen,
Emma pudo ver muebles: un gran armario cuadrado, un sofá largo y una mesa con
patas desvalanceadas. “¿Don — donde estoy? ” Emma jadeo.
"Idris,"
Helen dijo, acariciando su brazo para tranquilizarla. "Llegaron a Idris,
Emma. Estamos en el ático de la casa de los Penhallow"
"¿Mi — mis
padres?" Los dientes de Emma castañeaban. "¿Donde estan mis padres?"
"Llegaste a
traves del Portal, con Julian," Helen dijo gentilmente, sin contestar a su
pregunta. "De alguna manera todos ustedes llegaron — es un milagro. La
Clave abrió el Portal, pero ya sabes que es dificil viajar asi. Dru llego con
Tavvy en sus brazos, y los gemelos llegaron juntos, por supuesto. Y luego,
cuando ya casi habiamos perdido la esperanza, ustedes dos. Estabas
inconsciente, Em." Peino el cabello de Emma lejos de su frente.
"Estabamos tan preocupados. Deberías de haber visto a Jules —"
"¿Que esta
pasando?" Emma demando. Se alejo de Helen, no porque no la quisiera sino
porque su corazón estaba golpeteando. "¿Que ocurrio con Mark, y el señor
Blackthorn —"
Helen vacilo.
“Sebastian Morgenstern ha atacado seis Institutos en los ultimos días. Mató a
todos o los convirtió. Puede usar la Copa Infernal para hacer que Cazadores de
Sombras pierdan su identidad”
"Vi
hacerlo," Emma susurro. "A Katerina. Y luego convirtio a tu
padre, tambien. Se lo iban ha hacer a Mark, pero Sebastian dijo que no lo quería
ya que tenía sangre de hada."
Helen se
estremecio. “Creemos que Mark sigue vivo,” ella dijo. “Fueron capaces de
rastrearlo hasta un punto donde desapareció, pero las runas indican que no esta
muerto. Es posible que Sebastian lo tenga como rehén.”
"Mis — mis
papás," Emma dijo de nuevo, con la garganta seca. Sabía lo que significaba
que Helen no le respondiera su pregunta la primera vez que la hizo.
"¿Donde están? No se encontraban en el Instituto, asi que Sebastian no los
pudo haber lastimado."
"Em …"
Helen exhalo. Se veía joven de repente, casi tan joven como Jules.
"Sebastian no solo ataca Institutos; él asesina o secuestra a miembros del
Conclave en sus hogares. Tus padres — la Clave intento rastrear los, pero no
pudieron. Sus cuerpos estaban en Marina del Rey, en la playa, esta mañana. La
Clave no sabe exactamente que ocurrio, pero …"
La voz de Helen
se volvio una cadena sin sentido de palabras, palabras como “identificacion
positiva” y “cicatrices y marcas en los cuerpos” y “sin evidencia recuperada.”
Cosas como “en el agua por horas” y “no había manera de trasportar los cuerpos”
y “se dieron los ritos funerarios, quemados en la playa como lo pidieron, ya lo
entenderas —”
Emma grito. Era
un grito sin palabras al principio, más y más fuerte, un grito que rompía su
garganta y le trajo el sabor del metal a la boca. Era un grito de perdida tan
inmenso que no se podía expresar con palabras. Era un llanto sobre tener el
cielo sobre la cabeza, y el aire de los pulmones, arrancado por siempre. Grito y
grito, y desgarro el colchón con sus manos hasta que lo atravesó, había plumas
y sangre en sus uñas; Helen estaba sollozando, intentando detenerla,
diciendole: “Emma, Emma, porfavor, Emma, porfavor.”
Y hubo más luz.
Alguien había encendido una linterna en la habitación, y Emma escucho su
nombre, en una urgente pero suave voz familiar, y Helen la soltó y fue con
Jules, inclinadose en la orilla de la cama, dandole algo para ella, algo que
brillaba en dorado, con el nuevo haz de luz.
Era Cortana.
Desenvainada, puesta sobre sus palmas como una ofrenda. Emma creyo que seguía
gritando, pero tomó la espada, con las palabras brillando sobre la hoja,
quemandole los ojos: Yo soy Cortana,
del mismo acero y temple que Joyeuse y Durendal.
Escucho a su
padre en su mente. “Los Carstairs han llevado esta espada desde
generaciones. La inscripción nos recuerda a los Cazadores de Sombras que somos
las armas del Ángel. Templa nos con fuego, y nos volvemos más fuertes. Cuando
sufrimos, nosotros sobrevivimos”.
Emma se ahogo, tratando
de aplacar los gritos, forzandolos hacia dentro y al silencio. Esto es a lo que
su padre se refería: Como Cortana, ella tenía acero en las venas y se suponía
que era fuerte. Incluso si sus padres no estaban alli para verlo, ella sería
fuerte por ellos.
Abrazo la espada
sobre su pecho. En la distancia escucho a Helen exclamar y tratar de
alcanzarla, pero Julian, Julian quien siempre sabia lo que Emma necesitaba,
alejo a Helen. Los dedos de Emma rodeaban la espada, y la sangre fluia por sus
brazos y pecho donde la punta cortaba su clavicula. No lo sentía. Meciéndose
adelante y atras, ella se aferro a la espada como si fuera la unica cosa que
siempre amo, y dejo que la sangre fluyera en lugar de las lágrimas.
Simón no podía
quitarse la sensación de tener un dejà vu. Habia estado alli antes, de pie
justo afuera del Instituto, viendo a los Lightwoods desaparecer a traves de un
brillante Portal. En esa ocasión, antes de que tuviera la Marca de Caín, el
Portal había sido creado por Magnus, y esta vez estaba siendo cuidado por una
bruja de piel azul llamada Catarina Loss.
Había sido
llamado porque Jace quería hablar con el sobre Clary antes de desaparecer hacia
otro país.
Esta vez era
Clary la que desaparecía con ellos.
Sintio su mano
en la de él, sus dedos rodeando con delicadeza su muñeca. Todo el Conclave — la
mayoría de los Cazadores de Sombras de la ciudad de Nueva York — estaban
cruzando las puertas del Instituto y pasando a traves del Portal.
Los Lightwoods,
como guardianes del Instituto, iban a pasar al ultimo. Simón había estado alli
desde el inicio del ocaso, haces de luz rojiza deslizandose a traves de los
edificios de Nueva York, y ahora las piedras - runa iluminaban la escena en
frente de él, resaltando algunos pequeños detalles brillantes: el látigo de
Isabelle, la chispa de luz que saltaba del anillo familiar de Alec cuando movia
las manos, los reflejos en el cabello pálido de Jace.
"Se ve
diferente" Simpon dijo.
Clary lo miro.
Como el resto de los Cazadores de Sombras, estaba vestida con lo que Simón
podía describir como una capa. Es lo que se usaba en el frío clima de invierno,
hecho de un material pesado, de negro aterciopelado que se abrochaba en el
pecho. Se pregunto donde lo había obtenido. Tal vez se hacían sobre pedido.
“¿Que cosa?”
"El
Portal," el dijo. "Se ve diferente al que Magnus hace. Es más —
azul"
"Tal vez
tienen un estilo de moda distinto"
Simón miro a
Catarina. Se veía completamente eficiente, como una enfermera de hospital o una
maestra de escuela. Definitivamente no como Magnus. “¿Como esta Izzy?”
"Preocupada,
eso creo. Todos estan preocupados"
Hubo un corto
silencio. Clary exhalo, con su aliento flotando blanco en el aire de
invierno.
"No me
gusta que te vayas," Simon dijo, al mismo tiempo que Calry decia, "No
me gusta irme y dejarte aqui."
"Estare
bien," le respondio Simon. "Tengo a Jordan para cuidarme." De
hecho, Jordan estaba alli, sentado en el borde del muro que rodeaba el Instituto,
vigilando. "Y nadie ha intentado asesinarme en al menos dos semanas"
"No es
gracioso." Clary lo regaño. El problema, Simon penso, era que se volvia
dificil asegurarse que estaría bien cuando eras un Vampiro Diurno .
Algunos vampiros
querían a Simon de su lado para beneficiarse de sus inusuales poderes. Camille
intento reclutarlo, y otros tambien lo harían, pero Simon tenía la impresion de
que la basta mayoria de los vampiros lo querían matar.
"Estoy
seguro que Maureen sigue deseando atraparme," Simon dijo. Maureen era la
cabeza del clan de vampiros de Nueva York y estaba enamorada de Simon. Lo que
podría ser menos incomodo si no tuviera trece años. "Se que la Clave aviso
a la gente para que no me tocara, pero …"
"Maureen
quiere tocarte," Clary dijo con una sonrisa. "Y en el mal sentido de
la palabra."
"Callate,
Fray"
"Jordan la
alejara de ti"
Simon miro hacia
delante, pensativo. Estaba intentado no quedarse le viendo a Isabelle, que lo
había saludado de manera breve cuando llego al Instituto. Estaba ayudando a su
mamá, su cabello negro flotando en la brisa.
"Podrías
acercarte y hablar con ella," Clary le dijo "En lugar de verla como
un psicopata."
"No la
estoy viendo como un psicopata. Estoy mirandola sutilmente,"
"Se
nota" Clary le dijo "Mira, sabes como es Isabelle, cuando está molesta,
se aisla de los demás. Ella no habla con nadie, excepto Jace o Alec, porque no
confía en otras personas. Pero si vas a ser el novio de la chica, tienes que
demostrar que eres una de esas personas en las que puede confiar."
"Yo no soy
su novio. Al menos, no creo que yo sea su novio. Ella nunca usó la palabra
"novio", de todos modos."
Clary lo pateó
en el tobillo. "Ustedes dos necesitan DLR más que cualquier otra pareja
que haya conocido antes.”
"¿Definiendo
relaciones por aqui?" dijo una voz detrás de ellos. Simon giro y vio a
Magnus, muy alto resaltando contra el cielo oscuro detrás de ellos.
Estaba
sobriamente vestido, pantalones vaqueros y una camiseta negra, una parte de su
pelo oscuro sobre sus ojos.
"Veo que a
pesar de que el mundo se hunde en la oscuridad y el peligro, ustedes dos se
sientan a hablar acerca de las relaciones amorosas. Tipicos adolescentes"
“¿Qué haces aqui?
" preguntó Simon, sorprendido como para contestarle algo más inteligente.
"Vine a ver
Alec," dijo Magnus.
Clary levantó
las cejas "¿Qué decias sobre de los adolescentes?"
Magnus levantó
un dedo en señal de advertencia. "No te sobrepases, bizcocho” dijo, y se
movió lejos de ellos, desapareciendo en la multitud alrededor del Portal.
“¿Bizcocho? Creas
o no, él me ha dicho así antes", dijo Clary. "Simon mira" Ella
se volvió hacia él, moviendo su mano fuera del bolsillo de sus jeans. Miró
hacia abajo y sonrió. "El anillo", dijo. "Util cuando funcionaba,
¿no es así?"
Simon miro
también hacia abajo. Un anillo de oro en forma de una hoja rodeaba su dedo
anular de la mano derecha. En otros tiempos había sido una conexión con Clary.
Ahora, con él de ella destruido, era sólo un anillo, pero él lo conservaba a
pesar de todo. Sabía que era un poco más cerca a tener la mitad del collar de mejores
amigos, pero no podía evitarlo. Era un objeto hermoso, y seguia siendo un
símbolo de la conexión entre ellos.
Ella le apretó
la mano con fuerza, elevando sus ojos a los suyos. Sombras se movieron en el
verde de su iris, Simon sabía que ella tenía miedo.
"Sé que se trata de una reunión del
Consejo–" Clary comenzó a decir.
"Pero te
vas a quedar en Idris."
"Sólo hasta
que ellos puedan averiguar qué ha sucedido con los Institutos, y la manera de
protegerlos", dijo Clary. "Entonces, volveremos. Yo sé que los
teléfonos y mensajes y todo eso, no funcionan en Idris, pero si necesitas
hablar conmigo, dile a Magnus, él hallara una manera de hacer que me llegue el
mensaje.”
Simon sintió como
su garganta se apretaba "Clary--"
"Te quiero",
dijo. "Eres mi mejor amigo." Ella se soltó de su mano, sus ojos
brillando. "No, no digas nada, no quiero que digas nada." Ella se volvió
y casi corrió hacia el Portal, donde Jocelyn y Luke estaban esperandola, tres
gruesas bolsas de lona llenas a sus pies. Luke miró a través del patio a Simon,
con una expresión de concentración.
Pero ¿dónde
estaba Isabelle? La multitud de Cazadores de Sombras había disminuido. Jace se colocó
al lado de Clary, su mano sobre su hombro; Maryse estaba cerca del Portal, pero
Isabelle, que había estado con ella-
"Simon",
dijo una voz cerca de su hombro, y se dio vuelta para ver a Izzy, su rostro
pálido entre el cabello oscuro y la capa, mirandolo, su expresión de
mitad-enfado, mitad-tristeza. "¿Supongo que esta es la parte donde decimos
adiós?"
"Esta bien"
dijo Magnus. "Querías hablar conmigo. Habla."
Alec lo miró,
con sus ojos abiertos por la sopresa. Ellos habían caminado a la otra fachada
de la iglesia y estaban de pie en un pequeño, jardín congelado por el invierno,
entre setos sin hojas. Gruesas enredaderas cubrían el muro de piedra y la reja
oxidada cerca de ellos, ahora tan carcomida por el invierno que Alec podía ver la
calle mundana a través de los agujeros en la puerta de hierro.
Una banca de
piedra estaba cerca, su superficie rugosa incrustada con hielo.
"¿Yo quería
qué?"
Magnus lo miró
como si hubiera hecho algo estúpido. Alec sospechó que lo había hecho. Sus
nervios se tambaleaban, como campanillas de viento, y había una sensación de nauseas
en su estómago. La última vez que había visto a Magnus, el brujo se alejó de
él, se había ido en un túnel subterráneo abandonado, haciéndose cada vez más
pequeño hasta que desapareció de su vista.
Aku cinta kamu, le había
dicho a Alec. "Te amo" en indonesio.
Esto le habia
dado una chispa de esperanza a Alec, suficiente para haber llamado a Magnus decenas
de veces, suficiente para mantenerlo cerca de su teléfono, su correo
electronico, las ventanas de su habitación -- la cual parecía extraña y vacía
sin Magnus en ella, no estando en su habitación -- buscando notas mágicas o
mensajes.
Y ahora Magnus
estaba de pie delante de él, con su despeinado cabello negro y pupilas verticales
como de gato, su voz como melaza oscura y su bello rostro hermoso que no
permitia tener una pista de lo que pensaba, y Alec sentía como si hubiera
tragado pegamento.
"Querías
hablar conmigo," dijo Magnus. "Asumí que para eso eran todas tus
llamadas. Y porque enviaste a todos tus estúpidos amigos a mi departamento. ¿O
eso se lo haces a todo el mundo?"
Alec tragó
contra la sequedad de su garganta y dijo lo primero que se le vino a la mente.
"¿Nunca vas a perdonarme?"
"Yo–" Magnus miraba para otro lado,
sacudiendo la cabeza. "Alec. Te he perdonado”
"Pues no lo
parece. Estas enojado."
Cuando Magnus lo
miró, fue con una expresión más dulce. "Estoy preocupado por ti",
dijo. "Los ataques a los Institutos. Acabo de enterarme."
Alec se sintió
mareado, Magnus lo había perdonado; Magnus estaba preocupado por él. "¿Sabías
que nos vamos a Idris?"
"Catarina
me dijo que había sido llamada para hacer un Portal. Asi que lo deduje" dijo
Magnus ironicamente "Me sorprendió un poco que no me hubieras llamado o
mensajeado para decirme que te ibas de aqui."
"Nunca
contestas mis llamadas o mensajes” dijo Alec.
"Eso no te
ha detenido antes"
"Todos se
rinden eventualmente", dijo Alec. "Además Jace rompió mi teléfono."
Magnus solto una
risa. "Oh, Alexander."
"¿Qué?"
preguntó Alec, confundido de verdad.
"Eres tan–
Tú eres tan– de verdad quiero besarte" Magnus dijo abruptamente y a continuación, sacudió la
cabeza. "Mira, es por esto que no he querido venir a verte."
"Pero estás
aquí ahora", dijo Alec. Recordó la primera vez que Magnus lo había besado,
fuera de su departamento, y todos sus huesos se habían vuelto líquidos y el
había pensado Oh, bien, eso es lo que se supone
que debería ser. Ahora lo entiendo. "Podrías–"
"No
puedo", dijo Magnus. "Esto no funciona, no funcionaba. Tienes que
darte cuenta de esto, ¿no lo crees?". Puso sus manos en los hombros de
Alec; Alec podía notar el pulgar de Magnus contra su cuello, sobre su clavicula
y todo su cuerpo salto de la emoción.
"¿No lo
crees?" dijo Magnus, y lo besó.
Alec se inclino
por el beso. Fue todo en silencio. Oyó el crujir de las botas en el suelo
nevado cuando se movio hacia delante, la mano de Magnus deslizándose alrededor
de su cuello para sostenerlo y Magnus sabia como siempre, dulce y amargo, y
familiar Alec abrió sus labios para jadear o respirar o para absorber el aroma
de Magnus, pero ya era demasiado tarde. Magnus se separó de él repentinamente,
caminando hacia atrás y el beso llego a su fin.
"¿Qué?"
dijo Alec, sintiéndose desconcertado y extrañamente sorprendido. " ¿Qué es
lo que pasa Magnus?"
"No debí de haber hecho eso," dijo
Magnus, rápidamente. Él estaba visiblemente agitado de una manera en la que
Alec rara vez lo había visto, con un rubor a lo largo de sus pómulos.
"Te
perdono, pero no puedo estar contigo. No puedo. No funciona. Voy a vivir para
siempre, o al menos hasta que alguien finalmente me mate, y tú no, y eso es
demasiado para ti–"
"No me
digas lo que es demasiado para mí", dijo Alec muy serio.
Magnus rara vez
parecía sorprendido que la expresión en su rostro parecía extraña. "Es demasiado para la mayoría
de la gente", dijo él. "Más para los mortales. Y no es sencillo para
nosotros. Ver a alguien que amas envejecer y morir. Yo conocí a una chica, una
vez, inmortal como yo–"
"¿Y ella
estaba con alguien mortal?" dijo Alec. "¿Qué ocurrio?"
"Él murió", dijo Magnus. Había un
tono en la manera en la que lo dijo que hablaba de un dolor más profundo que lo
que las palabras podían contar. Sus ojos de gato brillaban en la oscuridad. "No
sé por qué pensé que esto funcionaria alguna vez", agregó. "Lo siento,
Alec. No tendría que haber venido."
"No,"
dijo Alec. "No debiste."
Magnus estaba
viendo a Alec un poco confundido, como si se hubiera acercado a alguien
conocido en la calle sólo para descubrir que se trataba de alguien extraño.
"No sé
porque lo hiciste", dijo Alec. "Sé que me he estado torturando por
semanas y lo que he hecho,y como yo no lo debería haber hecho, nunca debi de
hablar con Camille. Lo he sentido y lo he entendido y me he disculpado y ni siquiera estuviste ahí. Yo hice todo
eso sin ti. Lo que me hace preguntarme que mas puedo hacer sin ti ”. Él miraba
a Magnus pensativo.
"Fue mi
culpa, lo que pasó. Pero también fue tu culpa. Creo que podría haber aprendido
a no tomarle importancia de que eres inmortal y yo soy mortal. Cada uno obtiene
el tiempo correcto para estar juntos y no más. Quizás no somos tan diferentes.
Pero, ¿sabes que no puedo entender? Que nunca me dijiste nada, no se cuando naciste,
no se nada de tu vida–cual es tu verdadero nombre o acerca de tu familia, o
cual fue el primer rostro que amaste o la primera vez que te rompieron el
corazón. Sabes todo de mi, y yo no se nada de ti, ese es el verdadero problema
."
"Te lo
dije" le dijo Magnus suavemente, "En nuestra primera cita, que me
aceptarías como soy, sin hacerme preguntas–―
Alec agitó el
brazo. "Eso no es algo justo para pedir, y tu sabes–tu sabías–que yo no
entendia mucho acerca del amor como para entender eso. Actúas como si fueras la
parte perjudicada, pero tenías la ventaja en esto"
"Sí"
dijo Magnus después de un momento. "Sí, supongo que lo hice."
"Pero ¿eso
no cambia nada?" dijo Alec, sintiendo el aire frío en su caja torácica.
"Contigo, nunca lo hace."
"No puedo
cambiar", dijo Magnus. "Ha pasado mucho tiempo. Nos petrificamos, tu
sabes, los inmortales, como los fosiles se ven convertidos en roca. Cuando te
conocí pensé que toda esta maravilla y alegría y el que todo era nuevo para tí,
me podría cambiar, pero–"
"Transformate," dijo Alec, pero no lo
dijo con el tono de rabia o desconsuelo que es lo él quería, sino que lo dijo de
manera suave, como en un ruego.
Pero Magnus sólo
sacudió la cabeza. "Alec", dijo. "Tu conoces mi visión , el de
la ciudad hecha de sangre y sangre en las calles y torres hechas de hueso. Si
Sebastian consigue lo que quiere, ese será este mundo. La sangre será sangre de
Nefilim. Ve a Idris, estaras mas seguro, pero no confies y no bajes la guardia,
te necesito para vivir" le dijo y se dio la vuelta, y de un golpe
desaparecio.
Te necesito para vivir.
Alec se sentó en
la banca de piedra helada y puso su rostro entre sus manos.
"No es un adiós
para siempre", Simon protestó, pero Isabelle fruncio las cejas.
"Acercate",
ella dijo, y lo tiró de la manga. Llevaba guantes de terciopelo rojo oscuro, y
su mano lucia como una mancha de sangre en contraste con su chaqueta azul
marino. Simon evito pensar en eso. Deseaba no estar pensando en sangre en
momentos tan inoportunos.
"¿Dónde?"
Isabelle rodó los ojos y lo arrastró hacia un
lado, dentro de un nicho oscuro cerca de la puerta principal del Instituto. El
espacio no era tan grande, y Simon podía sentir el calor del cuerpo de Isabelle
– el calor y el frío no lo afectaban a el desde que se había convertido en
vampiro, a menos que fuese el calor de la sangre. No sabía si era porque había
bebido de la sangre de Isabelle, o si se trataba de algo más oscuro, pero era consciente
del pulso de sangre a través de sus venas en una forma distinta a la de los
demás.
"Me hubiera
gustado ir contigo a Idris", dijo de golpe.
"Estás más
seguro aquí," dijo ella, a pesar de que la mirada de sus ojos oscuros se
suavizo. "Además, no nos vamos para
siempre. Los únicos Subterráneos que pueden ir a Alacante son los miembros del
Consejo porque son los que van a tener una reunión, averiguar lo que vamos a hacer
y probablemente nos llevaran de regreso. No nos podemos ocultar en Idris
mientras Sebastian arrasa todo fuera de ella. Los Cazadores de Sombras no hacemos
eso."
Él acarició su
mejilla con un dedo. "¿Pero quieres que me oculte aquí?”
"Tienes a
Jordan para que te cuide aquí” dijo ella. "Tu propio guardia personal.
Eres el mejor amigo de Clary", añadió. "Sebastian lo sabe. Eres el
material perfecto para ser rehen. Debes estar donde él no te encuentre."
"Él nunca ha mostrado interés alguno en
mí. No veo porque empezaría a hacerlo ahora.”
Ella se encogió,
tirando de su chaqueta para abrigarse. "Él nunca ha mostrado ningún
interés en cualquier persona, excepto Clary y Jace, pero eso no significa que
no lo hará. No es estúpido." Dijo de mala gana, como si odiara darle
demasiada importancia a Sebastian "Clary haria cualquier cosa por ti.”
"Ella haría
cualquier cosa por ti también, Izzy." Y por la cara dudosa de Isabelle, le
tomó con la mano su mejilla. "Bueno, si no te vas por tanto tiempo, ¿qué lo
que hacemos aquí, entonces?"
Ella hizo una
mueca. Sus mejillas y boca estaban sonrojadas, el frio traía lo rojo a su piel,
el deseaba presionar sus labios fríos contra los de ella, tan llenos de sangre
y vida y calor, pero estaba consciente de que sus padres estaban viendolos. "He
oído a Clary cuando te estaba diciendo adiós, ella dijo que te quería"
Simon la miro.
"Sí, pero ella no se refiere a esa forma –Izzy–"
"Ya lo
se", Isabelle protestó. "Por favor, yo sé eso. Pero es solo que ella lo
dice tan fácilmente, y tu se lo dices de vuelta tan fácil, y yo nunca se lo he
dicho absolutamente a nadie, nadie que no fuera de mi familia."
”Pero si lo dices” él dijo “Podrias salir herida, es por eso que no
lo dices.”
“También tu
podrías.” Sus ojos eran grandes y negros, lo que refleja las estrellas. "Salir
herido, yo podría herirte.”
"Claro que
lo sé", dijo Simon. "Lo sé y no me importa. Jace me dijo una vez que caminarías
sobre mi corazón con botas de tacón alto y eso no me ha detenido.”
Isabelle tuvo
una pequeña risa. "¿Él dijo eso? ¿Y aún asi te quedaste?" El se
inclinó hacia ella; si él pudiera respirar, le habría movido el cabello “Lo
consideraría un honor.”
Ella movio su
cabeza y sus labios se tocaron, los de ella estaban dolorosamente calientes.
Ella hacia algo con sus manos – desabotonando
su chaqueta, él pensó por un momento, pero definitivamente Isabelle no se
desnudaría frente de su familia. No es que Simon estuviera seguro de tener las
fuerzas necesaria para pararla. Ella era Isabelle, después de todo, y ella estuvo
a punto – a punto – de decir que lo amaba.
Sus labios se
movían contra su piel mientras hablaba. “Toma esto,” dijo susurrando y sintió
algo frio recorriendo su nuca, el suave desliz del terciopelo y sus guantes
contra su garganta.
Miró hacia abajo.
Sobre su pecho estaba un cuadrado rojo sangre. El pendiente de rubi de Isabelle.
Era una reliquia de Cazadores de Sombras hechizada para detectar la presencia
de energía demoníaca.
"No puedo
aceptar esto", dijo, sorprendido. "Iz, esto debe costar una fortuna."
Ella levanto sus
hombros. "Es un préstamo, no un regalo, cuidalo hasta que nos volvamos a
ver de nuevo." Ella siguió la forma del rubi con los dedos enguantados. "Hay una vieja leyenda
de que el pendiente entró en nuestra familia por medio de un vampiro. Por lo
que pienso que es apropiado."
"Isabelle,
yo–"
"No"
dijo, y se separó, aunque él no sabía exactamente lo que había estado a punto
de decir. "No lo digas, no ahora." Ella estaba de regreso, lejos de
él. El podía ver a su familia detrás de ella, todo lo que quedaba del Cónclave.
Luke había ido a través del Portal, y Jocelyn estaba a punto de hacerlo. Alec, saliendo
del extremo contrario del Instituto con las manos en los bolsillos, echó un
vistazo a Isabelle y Simon, levantó una ceja y continuo su camino
“Solo no – ¿No
salgas con nadie mas mientras no estoy, esta bien?”
Él miraba tras
ella. "¿Esto significa que estamos saliendo?", dijo, pero ella sólo
hizo una sonrisa y luego camino hacia el Portal. La vió tomar la mano de Alec y
pasaron juntos, Maryse siguiéndolos y, a continuación, Jace, y, por último,
Clary fue la última allí, además de Catarina enmarcada por una brillante luz
azul.
Ella le guiño a
Simon y atravesó. Él miro el torbellino del Portal atrapándola y luego se había
esfumado.
Simon puso su
mano en el rubi de su garganta. Pensó que podía sentir un latido dentro de la
piedra preciosa. Era casi como tener un corazón de nuevo.
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