Agradecimientos
Aquellos a
los que amo, saben que los quiero.
Esta vez
quiero agradecer a mis lectores, que se han quedado conmigo a través de esta
épica montaña rusa durante la saga, pasando por cliffhangers, angustias y
sentimientos.
No lo
cambiaría por nada por todo el purpurina del apartamento de Magnus.
En Dios resulta gloria, mas si lo
anhela el hombre
no es sino una chispa del fuego
celestial.
Prologo
– Cayendo como la lluvia
Instituto de Los Ángeles, Diciembre 2007
Él día que los
padres de Emma Carstairs fueron asesinados, el clima era perfecto.
Por un lado, el
clima de Los Ángeles era perfecto casi todos los días. La mamá y el papá de
Emma la dejaron una mañana de invierno en el Instituto que se encontraba en las
montañas al lado de la Ruta de la Costa del Pacifico con vistas al océano azul. El cielo era un domo sin nubes que se extendía desde
las montañas Palisades hasta las playas de Point Dume.
Un reporte había
llegado la noche anterior, sobre actividad demoníaca en las cuevas de la playa
Leo Carrillo. Los Carstairs habían sido respondido al llamado. Más tarde Emma
recordó a su madre cuando se acomodó un cabello suelto detrás de la oreja
mientras ofrecía dibujar una runa Impertérrita a su esposo, y John Carstairs
riendo y diciendo que no estaba seguro de confiar en runas recien creadas. El
estaba cómodo con lo que se encontraba en el Libro Gris, muchas gracias.
En este momento,
sin embargo, Emma estaba impaciente con sus padres, abrazándolos rápidamente
antes de subir corriendo los escalones del Instituto, con su mochila
golpeándole los hombros mientras sus padres se despedían.
Emma amaba que
podía entrenar en el Instituto. No solo su mejor amiga, Julian, vivia alli,
pero ella sentia que estaba volando sobre el oceano cuando entraba. Era una
estructura masiva de madera y piedra al final de un camino de guijarros que se
incrustaba en las montañas. Cada cuarto, cada piso, tenía vistas al oceano, a
las montañas y al cielo, extensos paisajes de azul, verde, y dorado. El sueño
de Emma era escalar hasta el techo con Jules — pero ya las habían atrapado sus
padres — para ver si se podía llegar a ver hasta el desierto en el sur.
Las puertas de
la entrada ya la conocian y se abrieron facilmente con su toque familiar. La
entrada y los pisos inferiores se encontraba lleno de Cazadores de Sombras adultos,
llendo y viniendo. Alguna clase de junta, Emma trato de adivinar. Llego a ver
al padre de Julian, Andrew Blackthorn, jefe del Instituto, en medio de la
multitud.
Sin ganas de ser
detenida por saludar, se escabullo hacia el probador en el segundo piso, donde
cambio sus jeans y playera de manga corta por ropa de entrenamiento — camisa
ancha, pants de algodon y lo más importante: la espada sobre su hombro.
Cortana. Su
nombre significaba simplemente “espada corta”, pero no era corta para Emma. Era
del largo de su antebrazo, con metal brillante y la hoja grabada con las
palabras que nunca fallaban en provocarle un escalofrio en la espalda: Yo soy Cortana, del mismo acero y temple que
Joyeuse y Durendal. Su padre le había explicado lo que esto significaba
cuando le puso el arma por primera vez en las manos a los diez años.
"Puedes
usarla para entrenar hasta que tengas dieciocho años, cuando se volvera de tu
propiedad" John Carstairs dijo, mientras sonreia al tocar el grabado.
"¿Sabes lo que esto significa?"
Ella había
negado con la cabeza. “Acero” si era algo que entendia, pero “temple” no.
Temple significaba enojo, algo que su padre siempre le advertía que se debía
controlar. ¿Pero que tenía en relacion con las espadas?
"Sabes de
la familia Wayland" el dijo "Eran famosos forjadores de armas antes
que las Hermanas de Hierro se dedicaran ha hacer todas las espadas de los
Cazadores de Sombras. Wayland el Herrero hizo a Excalibur y Joyeuse, las
espadas de Arturo y Lancelot, ademas de Durendal, la espada del heroe Ronald. Y
tambien forjaron esta espada, del mismo acero. Todo el acero debe ser templado
— tratado con mucho calor, casi lo suficiente para que se derrita la hoja o se
destruya el metal — para hacerlo más fuerte." Le beso la frente. "Los
Carstairs han llevado esta espada desde generaciones. La inscripcion nos
recuerda a los Cazadores de Sombras que somos las armas del Ángel. Templa nos
con el fuego y nos volvemos más fuertes. Cuando sufrimos, nosotros
sobrevivimos,"
Emma apenas
podía esperar los seis años que faltaban para que cumpliera los dieciocho,
cuando pudiera viajar por el mundo luchando contra los demonios, cuando
se viera templada por el fuego. Se acomodo la espada y salio del probador,
imaginandose como sería.
En su
imaginacion se encontraba en los acantilados sobre el mar de Point Dume,
peleando contra una jauría de demonios Raum con Cortana. Julian estaba con
ella, por supuesto, con su arma favorita, la ballesta.
En la mente de
Emma, Jules siempre estaba alli. Emma lo conocia desde que tenía memoria. Los
Blackthorn y los Carstairs siempre habían sido cercanos, y Jules era solo unos
meses mayor; literalmente ella nunca había vivido en un mundo sin el.
Aprendieron a nadar en el mar juntos, cuando eran bebés. Aprendieron a caminar
y a correr juntos. Había sido cargada por los brazos de su padre y protegida
por el hermano y la hermana mayor de Julian cuando se portaba mal.
Y se portaban
mal frecuentemente. Pintar al gato blanco de los Blackthorn — Oscar — con un
tinte azul brillante había sido idea de Emma cuando ambos tenían siete. Julian
se había hechado la culpa; casi siempre lo hacia. Despues de todo, ella era
hija unica y el era uno de siete; sus padres se olvidarian del enojo más rapido
que los de ella.
Recordaba cuando
la madre de él murió, despues de que Tavvy nació, y como Emma apreto la mano de
Jules mientras el cuerpo era quemado en los cañones y el humo subia hacia el
cielo. Recordaba que él habia llorado, y de como los niños lloraban diferente a
las niñas con sollozos horribles que sonaban como si los arrastraran con
ganchos. Tal vez era peor para ellos, ya que se suponia que no debían de
llorar.
"¡Oof!"
Emma se tambaleo; estaba tan perdida en su pensamiento que choco de frente con
el papá de Julian, un hombre alto con el mismo cabello castaño despeinado de la
mayoria de sus hijos. "¡Lo siento, señor Blackthorn!"
Sonrio. “Nunca
vi a nadie tan emocionado por llegar a sus lecciones” dijo mientras ella corria
por el pasillo.
El salón de
entrenamiento era uno de los cuartos favoritos de Emma, Ocupaba casi un piso
completo, y los muros del este y el oeste eran de cristal. Podías ver el mar
azul desde cualquier ángulo. La curva del horizonte era visible de norte a sur,
con el agua sin fin del Pacifico extendiendose hacia Hawaii.
En el centro del
piso de madera estaba la tutora de la familia Blackthorn. una mujer ruda
llamada Katerina, que se encontraba enseñando a los gemelos a lanzar cuchillos.
Livvy seguía las instrucciones como siempre lo hacía, pero Ty se
resistía.
Julian, con su
uniforme ligero de entrenamiento, estaba recostado cerca de la ventana oeste,
hablando con Mark, que tenía su cabeza enterrada en un libro y trataba de
ignorar a su medio hermano menor.
"¿No crees
que Mark sea un nombre extraño para un Cazador de Sombras?" Julian estaba
diciendo mientras Emma se acercaba. "Yo opino, si es que lo piensas asi.
Es confuso. Ponme una runa, Mark". Mark levanto su cabeza rubia y miro a su hermano. Julian estaba jugando con una
estela en su mano. La sostenía como un pincel, algo que a Emma siempre le
enojaba. Se suponia que sostenías la estela como una estela, como si fuera una
extension de tu mano, no como la herramienta de un artista.
Mark suspiro
exageradamente. Con sus dieciséis era lo suficiente mayor para tomar todo lo
que hacían Emma y Julian como molesto o ridiculo. “Si te molesta, puedes
llamarme por mi nombre completo” le contesto.
"¿Mark
Antony Blackthorn?" Julian arrugo la nariz. "Toma mucho tiempo
decirlo. ¿Que pasaría si nos ataca un demonio? Para cuando estuviera a la mitad
de pronunciarlo, ya estarías muerto"
"¿Ahora tu
me salvas a mi?" Mark le pregunto "Deja de imaginar cosas"
"Podria
pasar" Julian, molesto por la respuesta, se sento. Su cabello se asentaba
en mechones despeinados por toda su cabeza. Su hermana mayor Helen siempre lo
atacaba con cepillos, pero no servian. El tenía el pelo de los Blackthorn, como
su padre y la mayoría de sus hermanos y hermanas — ondulado, con el color del
chocolate oscuro. El parecido de la familia siempre le sorprendia a Emma, quien
apenas se veía como sus padres, al menos que tomaras en cuenta que su padre era
rubio.
Helen había
estado en Idris desde hace meses con su novia, Aline; ya habían cambiado
anillos familiares y tenían una relacion seria, según los padres de Emma. Lo
cual significaba que se miraban una a la otra de manera empalagosa. Emma
decidio que si llegaba a enamorarse, no haria esa clase de miradas. Entendía
que existiera un poco de controversia en que Helen y Aline fueran ambas
mujeres, pero para ella no importaba y los Blackthorn parecían aceptar a Aline.
Su presencia calmaba, y evitaba que Hellen se enojara.
La ausencia de
Hellen significaba que no había nadie que cortara el cabello de Jules, y la luz
solar que entraba en el salón encendia los mechones como si fueran de oro.
Las ventanas del
lado este mostraban la cadena de montañas que separaba el mar del Valle de San
Francisco — secas y polvorosas montañas llenas de cañones, cactus y arbustos
con espinas. Algunas veces los Cazadores de Sombras salían a entrenar, y Emma
amaba esos momentos, amaba encontrar caminos secretos y cascadas escondidas y
las lagartijas que descansaban en las rocas. Julian era un fanatico de dejar
que las lagartijas subieran por su mano y se durmieran mientras les acariciaba
la cabeza con su pulgar.
”¡Cuidado!”
Emma se agacho
antes de que una daga de madera pasara por donde había estado su cabeza y
chocara contra la ventana, golpeando a Mark en la pierna al rebotar. Dejó su
libro en el suelo y se levanto molesto. Tecnicamente Mark era supervisor
secundario, apoyando a Katerina, pero preferia leer a enseñar.
"Tiberius"
Mark dijo "No me lances cuchillos"
"Fue un
accidente" Livvy se movio entre su gemelo y Mark. Tiberius tenía el pelo
oscuro como Mark lo tenía claro, el unico de los Blackthorn — sin contar a Mark
y Helen, debido a su sangre de Subterraneo — que no contaba con el cabello
castaño y los ojos verde azules tipicos de la familia. Ty tenía pelo negro
rizado y ojos grises como el hierro.
"No, no lo
fue" le contesto Ty "Estaba apuntandote"
Mark respiro
profundamnente y paso sus manos por el cabello, lo que hizo que se quedaran
levantados como púas. Mark tenía los ojos Blackthorn, del color del verdigris,
pero su pelo, como el de Helen; era un pálido rubio, como el que tenía su
madre. El rumor decía que la mamá de Mark habia sido una princesa de la corte
Seelie; y tuvo un amorio con Andrew Blackthorn del cual nacieron dos bebés que
ella abandono en la puerta del Instituto de Los Ángeles la noche antes de
desaparecer para siempre.
El padre de
Julian había tomado a estos niños medio hadas y los crio como Cazadores de
Sombras. La sangre de Cazadores de Sombras era dominante, y a pesar de que el
Concejo no lo veía con buenos ojos, aceptaban a niños medio Subterraneos en la
Clave mientras pudieran soportar las runas. Tanto Helen como Mark habían sido
Marcados a los diez años, y su piel si soporto la prueba; pero Emma sabía que
el dibujarse una runa le causaba más dolor a Mark que ha un Cazador de Sombras
común.
Desde hace poco
notaba cosas sobre Mark — la manera peculiar en que la forma de su rostro de
hada era hermosa, y de como se acomodaban sus hombros bajo la playera. No sabía
porque estaba notando estas cosas, ni si le gustaba eso. Le daban ganas de
golpear a Mark o de esconderse, a veces al mismo tiempo.
"Te le
quedaste viendo" Julian le dijo, mirando a Emma por sobre sus rodillas del
uniforme manchado de pintura.
Eso la regreso a
la realidad “¿Viendo que?”
"A Mark, de
nuevo" Sonaba molesto
"¡No digas
nada!" Emma le dijo por lo bajo, y tomo su estela. El se la quito de
regreso y una pelea comenzo. Emma rio mientras rodaba lejos de Julian. Había
entrenado tanto tiempo con el que conocía cada movimiento que haría antes de
que lo hiciera. El unico problema era que ella siempre le daba ventaja. El
pensamiento de que alguien lastimara a Julian, la enfurecia; incluso si ella
fuera la culpable.
"¿Fue por
lo de las abejas en tu cuarto?" Mark le pregunto cuando se acerco a
Tiberius "Sabes porque nos teniamos que deshacer de ellas"
"Asumo que
lo hiciste para frustrarme" Ty le dijo. Ty era pequeño para su edad — diez
— pero contaba con el vocabulario y la dicción de un niño de ocho años. No
decía mentiras usualmente, debido a que no entendía para que servían. No
comprendía porque algunas de las cosas que hacia molestaban a la gente, y
encontraba su enojo aterrador o divertido dependiendo de su humor.
"Claro que
no fue para frustrarte, Ty. Sabes que no se puede tener abejas en un cuarto
—"
"¡Las
estaba estudiando" Ty explico, con su cara pálida enrojecida "Era
importante, y eran mis amigas; sabía lo que estaba haciendo"
"Igual que
en la ocasión que trajiste una serpiente de cascabel" Mark le dijo "A
veces te quitamos las cosas porque no queremos que te lastimes; se que es
dificil de entender, Ty, pero te queremos"
Ty lo vio
confundido. Sabía el significado de “te queremos”, y que era algo bueno; pero
no entendia porque servia como una excusa para todo.
Mark se agacho,
con las manos en su rodilla, manteniendo sus ojos fijo en los ojos grises de
Ty. “Mira, esto es lo que haremos …”
"¡Ha!"
Emma se las había arreglado para dejar a Julian en el piso y quitarle su
estela. Se rio, luchando debajo de ella, hasta que ella le inmovilizo el brazo
en el suelo.
"Me
rindo" dijo "Me rindo"
El se estaba riendo
con ella, y Emma de repente se dio cuenta que la sensacion de estar sobre
Julian era un poco extraña y de que, como Mark, su rostro estaba bien
esculpido. Redonda e infantil, incluso familiar, pero ella podía casi ver como
sería su rostro a futuro, cuando fuera mayor.
El sonido del
timbre del Instituto retumbo por el salón. Era un sonido suave, profundo como
de campanas de iglesia. Desde afuera el Instituto se veía a los ojos mundanos
como las ruinas de una vieja finca española. A pesar de haber señalamientos de
PROPIEDAD PRIVADA y ALEJESE DEL AREA, algunas veces las personas,
mundanos con un poco de Vision, encontraban la manera de llegar a la puerta
principal.
Emma se quito de
encima de Julian y se acomodo la ropa. Dejo de reir. Julian se sento, apoyandose
con las manos, sus ojos curiosos. “¿Esta todo bien?” dijo el.
"Me golpee
el codo" mintio, y se giro para ver a los demas. Livvy estaba aprendiendo
de Katerina la tecnica del lanzamiento de cuchillos y Ty discutiendo con Mark.
Ella había sido la que le dio su apodo a Tiberius cuando nacio, debido a que
cuando era una niña de año y medio no pudo pronunciar el nombre completo y dijo
"Ty-Ty" en su lugar. A veces se preguntaba si el lo recordaba; era
extraño, las cosas que la importaban a Ty y las que no. Nunca podía
predecirlo.
"¿Emma?"
Julian se impulso hacia delante y todo parecio explotar a su alrededor. Hubo un
subito destello inmenso de luz y el mundo fuera de las ventanas se torno
blanco-dorado y rojo, como si el Instituto estuviera en llamas. Al mismo tiempo
el suelo debajo de ellos se movia como un barco en altamar. Justo cuando Emma
se movio para ver que pasaba un grito llego desde abajo — un horrible e
irreconocible aullido.
Livvy corrio
hacia Ty, abrazandolo con sus brazos como si pudiera proteger su cuerpo con el
de ella. Livvy era una de las pocas personas que podía tocar a Ty sin que le
importara; el estaba con sus ojos abiertos, una de sus manos aferradas a la
manga de su hermana. Mark ya estaba de pie; Katerina se encontraba pálida debajo
de sus cabellos oscuros. “Quedense aqui” ella dijo a Emma y Julian,
desenvainando su espada de su funda en la cintura. “Cuiden de los gemelos.
Mark, ven conmigo”.
”¡No!”
Julian dijo, moviendo sus pies nervioso “Mark —”
"Estare
bien, Jules" Mark dijo con una sonrisa tranquilizadora; ya tenía una daga
en cada mano. El era rapido y hábil con los cuchillos, su punteria era
perfecta. "Quedate con Emma" el dijo, señalando a los dos, y luego se
fue junto con Katerina, la puerta del salón de entrenamiento cerrandose tras de
ellos.
Jules se acerco
más a Emma, tomandole de la mano y ayudandola a levantarse; quería decirle que
era completamente capaz de ponerse de pie por si sola, pero le dejo. Entendio
su urgencia de sentirse util, de ayudar en algo. Otro grito vino del piso
inferior; estaba tambien el sonido de vidrios rotos. Emma corrio hacia los
gemelos, estaban petrificados de miedo, como pequeñas estatuas. Livvy estaba
pálida; Ty se aferraba a su playera con fuerza.
"Todo va a
estar bien" Jules les dijo, poniendo su mano en los delgados hombros de su
hermano. "Lo que sea…"
"No tienes
ni idea de lo que es" Ty le dijo rápidamente. "No puedes decir que
todo estara bien. No lo sabes"
Otro sonido
llego hasta el salón. Era aún peor que un grito. Era un aullido terrible,
salvaje, feroz. ¿Hombres lobo? Emma penso, pero conocia los aullidos de los
hombres lobo; esto era algo mucho más oscuro y cruel.
Livvy se pegó al
hombro de Ty. Levanto su pequeña cara, sus ojos moviendose de Emma a Julian.
“Si nos escondemos aqui” Ty dijo “y lo que sea que hay alla abajo nos
encuentra, o lastima a mi hermana, sera tu culpa”
Livvy se
escondio detras de Ty; el habia hablado con tranquilidad pero Emma sabia que
hablaba en serio. A pesar de su increible intelecto, de sus rarezas y su
indiferencia hacia otras personas , el era inseparable de su gemela.
Si Livvy estaba
enferma, Ty dormía en el suelo junto a la cama; si se lastimaba, el se asustaba
y era lo mismo en el otro sentido.
Emma vio las
emociones encontradas en el rostro de Julian — sus ojos la buscaron y ella
asintio. La idea de quedarse en el salón de entrenamiento y esperar que llegara
lo que hacia esos sonidos le producia la sensacion de que le arrancaran la piel
de los huesos.
Julian cruzo el
salón y regreso con una ballesta y un par de dagas. “Debes soltar a Livvy
ahora, Ty” dijo, despues de un momento los gemelos se separaron. Jules le
entrego a Livvy una daga y ofrecio la otra a Tiberius, que se le quedo viendo
como si no la reconociera. “Ty” Jules dijo, bajando su mano “¿Porque tenías las
abejas en tu cuarto? ¿Que es lo que te fascina de ellas?”
Ty no dijo una
palabra
"Te gusta
la manera en la que trabajan en equipo, ¿verdad?" Julian continuo
"Bueno, ahora es nuestro turno de trabajar juntos. Vamos hacia la oficina y
enviaremos un mensaje a la Clave, ¿okay? Un mensaje de auxilio. Para que envien
refuerzos para protegernos"
Ty ofrecio su
mano para que le entregara la daga. “Esa era la idea que le iba a proponer a
Katerina y a Mark si me hubieran oido”
"Claro que
lo sabias" Livvy dijo. Ella había aceptado la daga con más confianza que
Ty y la sostenía como si supiera que hacer con ella. "Era eso en lo que él
pensaba"
"Ahora
estaremos en silencio" Jules les dijo "Ustedes dos me seguiran hacia
la oficina" Levanto la mirada y sus ojos encontraron los de Emma.
"Emma va a ir por Tavvy y Dru, luego nos veremos en la oficina.
¿Okay?"
El corazón de
Emma se elevo y luego cayo como un ave marina. Octavius—Tavvy, el bebé, soló
tenía dos años. Y Dru, de ocho, demasiado joven como para comenzar el
entrenamiento fisico. Era obvio que alguien tenía que ir por ellos. Y los ojos
de Jules se lo suplicaban,
"Si"
ella dijo "Eso es exactamente lo que voy a hacer"
Cortana estaba
amarrada en la espalda de Emma, un cuchillo listo en su mano, Se imagino la
sensacion de que el metal estaba latiendo a traves de sus venas como un corazón
mientras se movia por los corredores del Instituto, con la espalda pegada a la
pared.
De vez en cuando
el pasillo se abria hacia una ventana, y la vista del mar azul, las montañas
verdes y los apacibles nubes blancas le lastimaban. Penso en sus padres, en
algún lugar de la playa, sin saber lo que ocurria en el Instituto. Deseo que
estuvieran aqui, y al mismo tiempo estaba agradecida que no lo estuvieran. Al
menos estaban seguros.
Se encontraba en
la parte del Instituto que le era más familiar: las recamaras familiares. Pasó
por el cuarto vacio de Helen, su ropa doblada y los muebles polvosos. Despues
estaba el cuarto de Julian, conocido debido a dormir alli un millon de veces y
el de Mark, con su puerta firmemente cerrada. El siguiente era el cuarto del
señor Blackthorn y justo a su lado estaba el cuarto de los bebés. Emma tomo un
profundo respiro y empujo la puerta con el hombro.
Lo que vio en el
cuarto pintado de azul hizo que sus ojos se ensancharan. Tavvy estaba en su
cuna, con sus manos aferrandose al barandal, y sus mejillas rojas de tanto
llorar. Drusilla se encontraba parada en frente de la cuna, con una espada — él
Ángel sabia de donde la sacó — en su mano; apuntando directamente a Emma. La
mano de Dru temblaba tanto que la espada bailaba, sus trenzas a cada lado de su
cara, pero con una mirada de acero en sus ojos de Blackthorn: No te
atrevas a tocar a mi hermano.
"Dru"
Emma le dijo lo más suave que pudo. "Drue, soy yo. Jules me envio por
ustedes"
Dru solto la
espada y estallo en llanto. Emma paso junto a ella y sacó al bebé de la cuna
con su brazo libre, apoyando su peso en la cadera. Tavvy era pequeño para su
edad pero pesaba poco más de doce kilos; sonrio cuando la tomo del pelo.
"Memma"
dijo
"Shush"
Besó su cabeza. Olia como a talco de bebé y lágrimas. "Dru, sujetate a mi
cinturón. ¿Okay? Vamos hacia la oficina. Estaremos seguros alli.
Dru se agarro
del cinturon de armas de Emma con sus diminutas manos; ya había parado de
llorar. Los Cazadores de Sombras no lloraban mucho, incluso teniendo ocho
años.
Emma los llevo
hacia el pasillo. Los sonidos de abajo eran peor ahora. Los gritos continuaban,
los profundos aullidos, el sonido del vidrio quebrandose y la madera
partiendose. Emma continuo moviendose, cuidando de Tavvy, murmurandole una y
otra vez que todo estaría bien. Y había más ventanas, el sol brillando a traves
de ellas, cegandola.
Se cegó, por el
sol y por el pánico; era la unica explicacion de porque se equivoco de pasillo.
Giro en una esquina y en vez de estar en el pasillo que ella esperaba, se
encontro con las escaleras que llevaban hacia el recibidor y a las grandes
puertas dobles de la entrada.
El recibidor
estaba lleno de Cazadores de Sombras. Algunos, conocidos para ella por ser los
nefilim del Conclave de Los Angeles estaban de negro, otros en uniformes rojos.
Había filas de estatuas, ahora en el piso, rotas o hechas polvo. La ventana que
daba hacia el mar se encontraba destrozada y había sangre y vidrios rotos por
doquier.
Emma sintio asco
en su estomago. En el medio del recibidor estaba una alta figura en escarlata.
Tenía cabello rubio pálido, casi blanco y su cara se veía como el rostro de
marmól de Raziel, pero sin una pizca de misericordia. Sus ojos eran de carbón
negro y en una de sus manos sostenía una espada estampada con estrellas; en la
otra una copa de brillante adamas.
La vision de la
copa disparo algo en la mente de Emma. Los adultos no acostumbraban a hablar de
politica cerca de los Cazadores de Sombras jovenes, pero ella sabia que el hijo
de Valentine Morgenstern llevaba otro nombre y juró venganza contra la Clave.
Sabía que él había hecho una copa inversa a la Copa del Ángle, que transformaba
a los Cazadores de Sombras en criaturas demoniacas, llenas de maldad. Escucho
al señor Blackthorn llamarlos los Oscuros; preferia morir antes de ser uno de
ellos.
Este era él,
entonces. Jonathan Morgenstern, el cual todos llamaban Sebastian — una figura
de leyenda, una historia para asustar a los niños, en carne y hueso. Él
hijo de Valentine.
Emma puso una
mano en la cabeza de Tavvy, apretando su cara contra su hombro. No podía
moverse. Sentía como si unas pesas de plomo estuvieran sujetas a sus pies.
Todos alrededor de Sebastian eran Cazadores de Sombras en negro y rojo, y otros
en capas negras — ¿eran también Cazadores de Sombras? No tenía idea — sus
rostros estaban cubiertos, y también estaba Mark, con sus manos siendo sujetas
detrás de su espalda por un Cazador de Sombras en uniforme rojo. Sus dagas
estaban en el suelo, y había sangre en su ropa de entrenamiento.
Sebastian
levanto una mano y señalo con un largo dedo pálido “Tráiganla” dijo; hubo un
susurro entra la multitud y el señor Blackthorn se adelanto, llevando a
Katerina con él. Ella luchaba, golpeándolo con las manos, pero él era mucho más
fuerte. Emma miro sin poder creer el horror de lo que ocurría cuando el
señor Blackthorn le puso de rodillas.
"Ahora"
dijo Sebastian con una voz como la seda "bebe de la Copa Infernal" y
puso el borde de la copa entre los dientes de Katerina. Fue cuando Emma
descubrió el origen del terrible aullido que había escuchado antes. Katerina
trato de liberarse, pero Sebastian era muy fuerte; le empujo la copa separando
sus labios, y Emma vio como ella jadeaba y tragaba el liquido. Se tambaleo y
esta vez el señor Blackthorn la soltó; él estaba riendo y también Sebastian.
Katerina cayo al suelo, su cuerpo sufriendo de espasmos y de su garganta salió
un único grito — peor que un grito común, un aullido de dolor como si su alma
arrancada de su cuerpo.
Una risa cruzo
el salón; Sebastian sonrió, y había algo horrible y bello sobre él, de la
manera en que las serpientes venenosas y los tiburones blancos son horribles y
bellos. Tenía un acompañante a cada lado, Emma notó, una mujer con cabello gris
marrón, con un hacha en las manos y una figura alta cubierta por completo en
una capa negra. Ninguna parte de su cuerpo era visible excepto sus botas
oscuras que se veían debajo del dobladillo de su capa. Sólo su altura y la
anchura hacían que pareciera un hombre.
"¿Es el
ultimo de los Cazadores de Sombras de aquí?" Sebastian pregunto
"Hay un
niño, Mark Blackthorn" dijo la mujer de pie cerca de él, levantando un
dedo y señalando a Mark. "Parece que él es lo suficientemente
adulto"
Sebastian miro a
Katerina, que ya no tenía espasmos y estaba inmovil, con su cabello oscuro
enredado sobre su rostro. “Levantate, hermana Katerina” él dijo “Vé y trae aqui
a Mark Blackthorn ante mi”
Emma miro, sin
poderse mover de su lugar, mientras Katerina se levantaba lentamente. Katerina
había sido la tutora en el Instituto desde que Emma podía recordarlo; había
sido su profesora cuando Tavvy nació, cuando la madre de Jules murió, cuando
Emma comenzó con el entrenamiento físico. Les había enseñado sobre lenguajes, y
vendado las cortadas y cuidado de los raspones y entregado sus primeras armas;
era como de la familia, y ahora estaba de pie, con los ojos negros, evitando el
desastre que había en el suelo y tomaba a Mark.
Dru dio un grito
ahogado, trayendo de regreso a Emma a la realidad. Emma se giro y puso a Tavvy
en los brazos de Dru; Dru se tambaleo un poco pero se acomodo, abrazando a su
hermano bebé con fuerza. “Corre” Emma dijo. “Corre a la oficina. Dile a Julian
que estaré allí en un momento”
Algo de la
desesperacion en la voz de Emma se hizo presente; Drusilla no le discutio, sólo
abrazo a Tavvy con más fuerza y se fue, con sus pies descalzos silenciosos
sobre el suelo del corredor. Emma volvio a ver el horror que estaba a sus pies.
Katerina se encontraba detras de Mark, empujandolo hacia adelante, con una daga
presionada en el espacio entre los omóplatos. Se tambaleo y casi cae en frente
de Sebastian; Mark estaba más cerca de las escaleras y Emma pudo notar que se
había defendido.
Tenía heridas
defensivas en sus muñecas y sus manos, cortadas en su cara, sin duda no había
tenido tiempo para runas curativas. Sangre manchaba su mejilla derecha;
Sebastian lo miro, con su labio doblándose por la molestia.
"Este no es
por completo Nefilim" dijo "Es parte hada, si no me equivoco. ¿Porque
no fui informado?"
Hubo un
murmullo. La mujer con el cabello castaño dijo “¿Significa que la Copa no
funcionara con él, Lord Sebastian?”
"Significa
que no lo quiero" le contesto Sebastian.
"Podemos
llevarlo el valle de sal," dijo la mujer de cabello castaño "O a los
altares de Edom, y sacrificarlo alli para el placer de Asmodeo y
Lilith"
"No"
Sebastian dijo lentamente "No, eso no sería inteligente, en mi opinion,
hacer eso a alguien con la sangre de las Hadas"
Mark le escupio,
Sebastian lo
miro sin poder creerlo. Se giro hacia el padre de Julian. “Ven y sujétalo” dijo
“Lastima lo si es necesario. No tengo que tener mucha paciencia con tu hijo
mestizo”
El señor
Blackthorn se adelanto, con un mandoble en la mano. La hoja estaba ya manchada
con sangre. Los ojos de Mark se ensancharon con terror. La espada se elevo —-
La daga dejo la
mano de Emma. Voló a través del aire, y se enterro en el pecho de Sebastian
Morgenstern. Sebastian se tambaleo hacia atras, y la espada del señor
Blackthorn se cayo. Los demás estaban gritando; Mark se puso de pie cuando
Sebastian estaba mirando la hoja en su pecho, con la empuñadura saliendo desde
su corazón. Frunció el ceño.
"Ouch"
dijo y se quito el cuchillo. La hoja estaba cubierta de sangre, pero Sebastian
no daba muestras de que le importara la herida. Dejo el arma a un lado y miro
hacia arriba. Emma sintio esos ojos oscuros y vacios sobre ella, como
si fueran dedos helados. Sintio como la veía, la revisaba y media, para luego
descartarla.
"Es una
desgracia de que no llegues a vivir" le dijo a ella "Vivir para
decirle a la Clave que Lilith me ha fortalecido más alla de los limites. Tal
vez Gloriosa pueda terminar con mi vida. Una desgracia que los Nefilim ya no
puedan pedir más favores al Cielo, y ninguno de los inutiles instrumentos de
guerra que se forjan en la Ciudadela Infracta pueden lastimarme ahora" Se
dirigio hacia los otros "Maten a la niña" les demando, dando un toque
a su chaqueta ahora manchada de sangre con asco.
Emma vio como
Mark se dirigio hacia las escaleras, intentando alcanzarla primero, pero la
figura oscura al lado de Sebastian se le adelanto y lo llevo hacia atras con
unas manos cubiertas de guantes negros; esas manos envolvieron a Mark, lo
sujetaron, casi como si lo estuvieran protegiendo. Mark estaba luchando, y
luego Emma lo perdio de vista cuando los Oscuros subían por las
escaleras.
Emma se volvió y
corrió. Habría aprendido a correr en las playas de California, donde la arena
se movia bajo sus pies a cada paso, por lo que en suelo solido ella era veloz
como el viento. Se lanzó a traves del pasillo, con el cabello volando detrás de
ella, saltando un tramo pequeño de escaleras, torciendo a la derecha y
alcanzando por fin la oficina. Azotó la puerta detras de ella y puso el pasador
antes de ver quien estaba dentro.
La oficina era
una habitacion grande, con sus muros cubiertos de libros. Había otra biblioteca
en el piso superior, pero era aqui desde donde el señor Blackthorn manejaba el Instituto.
Estaba su escritorio de caoba, sobre este se encontraban dos telefonos: uno
blanco y otro negro. El telefono negro estaba descolgado y Julian estaba
sosteniendo el auricular, gritando “¡Deben mantener el Portal abierto! ¡No
estamos a salvo aún! Por favor —”
La puerta detras
de Emma retumbo y crujio cuando los Oscuros se lanzaban sobre ella; Julian
levanto la mirada con alarma y el auricular se le resbalo entre los dedos
cuando vio a Emma. Lo vio y luego detras de él, donde el muro este estaba
brillando. En el centro se encontraba un Portal, un agujero rectangular en el
muro a traves del cual Emma podía ver remolinos de plateados, un caos de nubes
y viento.
Se movio hacia
Julian, y este la tomó por los hombros. Sus dedos la apretaban con fuerza, como
si no pudiera creer que ella fuera real. “Emma,” respiro hondo y su voz adquirio
velocidad “¿Em, donde esta Mark?¿Donde esta mi papá?”
Ella sacudio la
cabeza. “Ellos no pudieron — no pude —” Trago con dificultad “Es Sebastian
Morgenstern” ella dijo, y se asusto cuando la puerta crujio bajo otro asalto.
“Necesitamos regresar por ellos —” dijo, girandose, pero la mano de Julian ya
estaba alrededor de su muñeca.
"¡El
Portal!" le grito sobre el ruido del viento y de los golpes en la puerta.
"¡Nos llevara a Idris! ¡La Clave lo abrió! ¡Emma — solo estará abiertos
por unos pocos segundos!"
"¡Pero
Mark!" contesto, aunque no tenía idea de como harían para abrirse camino a
traves de los Oscuros que llenaban el pasillo, o como harían para derrotar a
Sebastian Morgenstern, que era más poderoso que cualquier Cazador de Sombras
ordinario. "Tenemos que —"
"¡Emma!"
Julian grito, y la puerta se quebro, con los Oscuros fluyendo dentro del
cuarto. Ella oyo chillar a la mujer de cabello castaño, algo sobre como los
Nefilim arderian, de como arderían en las llamas de Edom, ellos arderian y
moririan y serían destruidos —
Julian le lanzo
hacia el Portal, arrastrando a Emma con una mano; despues de un vistazo lleno
de terror detrás de ella, ella tambien lo siguio. Evito una flecha que paso
junto a ellos y se estrello en una ventana a su derecha. Julian la sujeto
freneticamente, abrazandola; ella sintio como sus dedos se cerraron sobre su
playera mientras entraban en el Portal y eran engullidos por la tempestad.
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