Jason
La lucha estaba yendo de maravilla, hasta que fue apuñalado.
Jason ataco con su gladius
girando sobre si, vaporizando a los pretendientes más cercanos, para luego
impulsarse hacia la mesa y pasar sobre la cabeza de Antínoo. En el aire deseo
que su espada se transformara en una jabalina – un truco que nunca había
probado con esta espada –pero de alguna manera estaba seguro de que
funcionaría.
Aterrizo en sus pies con un pilum de dos metros de largo. Cuando Antínoo se giro para verlo,
Jason puso la punta afilada de Oro Imperial a través del torax del zombie.
Antínoo miro hacia abajo sin poder creerlo. “Tu…”
“Disfruta de los Campos de Asfódelos.” Jason extrajo la pilum y Antínoo se redujo a polvo.
Jason continúo luchando, atacando con su jabalina – atravesando
a los fantasmas, haciendo perder el equilibrio a los zombies.
A través de la plaza, Annabeth luchaba como un demonio. Su
espada de diente de Drakon acababa con los pretendientes lo suficientemente estúpidos
como para enfrentarse a ella.
Cerca de la fuente de arena, Piper había desenvainado su
espada – una hoja de bronce acerrado que
le había quitado a Zethes, el hijo de Bóreas. Acuchillaba y empalaba con su
mano derecha, mientras que lanzaba tomates a través de la cornucopia con su
mano izquierda, mientras que le gritaba a los pretendientes: “¡Cuidado! ¡Es muy
peligroso!”
Eso era lo que ellos querían oir, por lo que comenzaron a
correr, para luego detenerse confundidos a medio camino y regresar a luchar de
nuevo.
El tirano Griego Hipias se lanzo hacia
Piper, con su daga lista, pero Piper lo noqueo con un disparo de carne cocida directo
al pecho. Se tropezó hacia la fuente y grito mientras se desintegraba.
Una flecha silbo hacia el rostro de Jason. La
lanzo lejos con una corriente de viento, para luego atravesar a una docena de
zombies armados con espadas y notar que los pretendientes estaban reagrupándose
cerca de la fuente para atacar a Annabeth. Alzo su jabalina hacia el cielo. Una
esfera de electricidad salto desde la punta y vaporizo a los fantasmas hasta
los átomos, dejando un cráter humeante donde había estado la fuente.
En el transcurso de los últimos meses,
Jason había luchado en tantas batallas, pero estaba olvidando lo que se sentía
estar en forma para la pelea. Claro que estaba asustado, pero un gran peso se
le quito de los hombros. Por primera vez desde que despertó en Arizona con sus
memorias borradas, Jason se sentía completo.
Sabía quién era en realidad. Había escogido
a su familia, y no tenía nada que ver con Beryl Grace o con Jupiter. Su familia
eran todos los semidioses con los que había luchado a su lado, Romanos y
Griegos, nuevos y viejos amigos. No iba a permitir por nada del mundo que alguien
rompiera esta familia.
Invoco a los vientos y disparo a tres
zombies por el borde de la montaña como si fueran muñecas de trapo. Empalo a un
cuarto, luego deseo que su jabalina regresara a su forma de espada y atravesó otro
grupo de espiritus.
Pronto dejo de tener enemigos. Los fantasmas
restantes estaban desapareciendo solos. Annabeth atravesó a Asdrubal el Cartaginense,
y Jason cometió el error de envainar su espada. Un dolor se encendió en su
espalda baja –tan filoso y helado que creyó por un momento que Khione, la diosa
de las nieves, lo había tocado. (Nota del traductor: Un juego de palabras,
una herida helada y un dolor que se enciende. Frio y calor)
Cerca de su oído, Michael Varus susurro, “Nace
como un romano, muere como un romano.”
La punta de una espada dorada apareció en
la parte de delante de la camisa de Jason, justo debajo de su caja torácica.
Jason cayó de rodillas. Los gritos de Piper
sonaban a kilómetros de distancia. Se sentía como si estuviera flotando en agua
salada –su cuerpo sin peso, su cabeza meciéndose.
Piper corrió hacia él. Miro sin sentir nada
mientras ella sacaba su espada aserrada y cortaba la armadura de Michael Varus
con un ka-chunk metalico.
Un soplo de frío movió el pelo de Jason.
Polvo se acento alrededor de él y un casco vacío de legionario rodo por las
rocas. El semidios malvado había muerto – no sin antes hacer un último acto.
“¡Jason!” Piper lo atrapo del hombro cuando
comenzó a caer. Él jadeo cuando élla saco la espada de su espalda.
Luego lo puso en el suelo, acomodando su cabeza en una roca.
Annabeth corrió a su encuentro. Tenía una
cortada terrible en su cuello. “Dioses.” Annabeth dijo al ver la herida en el
costado de Jason. “Oh, dioses.”
“Gracias,” Jason murmuro. “Estaba
preocupado de que se tratara de algo peor.”
Sus brazos y piernas comenzaron a agitarse
cuando su cuerpo entro en shock, enviando toda su sangre al pecho. El dolor era
embotado, lo cual lo sorprendio, pero la camisa era de un intenso rojo. La
cortada estaba humeando.
Estaba bastante seguro de que las heridas
de espada no humeaban.
“Estaras bien” Piper dijo las palabras como
si fuera una orden. Su tono ayudo a tranquilizar su respiración.
“¡Annabeth,
la ambrosia!”
Annabeth se agito. “Claro, claro. Ya voy” Busco entre sus
viveres y desenvolvió una porción de comida de los dioses.
“Necesitamos parar el sangrado” Piper uso
su daga para cortar la tela de su falda. Luego la rompió para poder fabricar
vendas.
Jason se preguntó cómo es que sabía tanto
sobre primero auxilios. Ella cubrió las heridas de su espalda y estomago
mientras Annabeth le daba pequeños trozos de ambrosía en la boca.
Los dedos de Annabeth temblaban. Despues de
todas las cosas que ella había experimentado, Jason encontraba extraño que se
pusiera nerviosa cuando Piper se encontraba tan calmada. Fue entonces que lo
entendio –Annabeth podía permitirse estar asustada por él, pero Piper no.
Estaba completamente concentrada en salvarlo.
Annabeth le dio otro pedacito de ambrosia. “Jason,
lo – lo siento. Sobre lo de tu mamá. Pero la manera en la que lo manejaste…. Eso
fue muy valiente.”
Jason trato de no cerrar sus ojos. Cada vez
que lo hacía, veía al espíritu de su mamá desintegrándose.
“No se trataba de ella” él dijo. “Al menos
no era algo que pudiera salvar. No tenía otra opción.”
Annabeth tomo una respiración rápida. “No
había una buena opción, tal vez … pero un amigo mío, Luke. Su mamá tenía un
problema similar. Él no lo tomo tan bien.”
Su voz se quebró. Jason no sabía mucho
sobre el pasado de Annabeth, pero Piper lo miro con preocupación.
“Te cubri las heridas tanto como pude,”
ella dijo. “La sangre esta empapando todo. Y sigue saliendo humo, no tengo idea
de por qué".
“Oro Imperial”, Annabeth dijo, su voz
temblorosa. “Es mortal para los semidioses, es solo cuestión de tiempo para que
–“
“Estara bien” Piper insistió. “Necesitamos
regresarlo al barco.”
“No me siento tan mal,” Jason dijo. Y era
verdad. La ambrosia había aclarado su cabeza. El calor estaba colándose a través
de sus piernas y brazos. “Tal vez podría volar…” Jason se sentó. Su visión adquirio
un tono verdoso. “O tal vez no…”
Piper volvió a tomarlo del hombro cuando se
inclino hacia un lado. “Tranquilo, Chispas. Necesitamos contactarnos con el
Argo II para que nos ayuden.”
“No me habías llamado Chispas desde hace
mucho tiempo.”
Piper beso su frente. “Quedate conmigo y te
insultare todo lo que quieras.”
Annabeth escaneo las ruinas. La fachada
mágica se había desvanecido, dejando solo los muros derruidos y los sitios de excavación. “Podríamos usar las bengalas de emergencia,
pero –“
“No,” Jason dijo. “Leo llenaría la cima de
la montaña con fuego griego. Tal vez si me apoyara en ustedes, podría caminar.”
“Absolutamente no,” Piper lo regaño. “Eso
tomaría mucho tiempo.” Ella metio la mano en su bolsa y saco un espejo
compacto. “Annabeth, ¿sabes código Morse?”
“Claro que si”
“Y Leo también” Piper le entrego el espejo.
“Él está vigilando desde el barco. Ve al borde y – ”
“¡Lo sorprendo!” La cara de Annabeth se
puso roja. “Eso se escucho mal. Pero si
buena idea.”
Corrio hacia las ruinas. (Nota del
traductor: en ingles Annabeth dice “flash him” usando el doble sentido de
flash; como destello de luz y como el argot en EUA para salir desnudo a la
calle con el propósito de sorprender a la gente. Es por eso que Annabeth se
ruboriza.)
Piper extrajo una botella de néctar y le
dio a Jason un sorbo. “Aguanta un poco. No moriras por un estúpido piercing.”
Jason se las arreglo para sonreir. “Al
menos no fue un golpe en la cabeza. No me desmaye en toda la pelea.”
“Acabaste con, por lo menos, doscientos
enemigos,” Piper le dijo. “Eres escalofriantemente bueno.”
“Ustedes me ayudaron”
“Tal vez, pero … oye quédate con nosotros.”
La cabeza de Jason comenzó a marearse. Las
fracturas en las rocas se vieron borrosas.
“Un poco mareado” murmuro.
“Más néctar,” Piper ordeno. “Listo. ¿Sabe
bien?”
“Si. Si, gracias.”
De hecho el néctar sabía cómo a aserrín líquido,
pero Jason prefirió no decirlo. Desde la Casa de Hades cuando renunció al
puesto de praetor, la ambrosía y el néctar dejaron de tener el sabor de su
comida favorita del Campamento Jupiter. Era como si la memoria de su viejo
hogar ya no tuviera el poder de curarlo.
Nace como un romano, muere como un romano,
Michael Varus había dicho.
Miro el humo que reptaba desde sus heridas.
Tenía cosas peores de que preocuparse además de la perdida de sangre. Annabeth tenía
razón sobre el Oro Imperial. La sustancia era mortal para los semidioses y para
los monstruos por igual.
La herida hecha por Varus hacia todo lo
posible para alimentarse de la fuerza vital de Jason.
Habia visto a un semidios morir de esta
manera. No era una manera rápida o bonita de irse.
No puedo morir, se dijo a si mismo. Mis
amigos dependen de mi.
Las palabras de Antínoo vibraban en sus
oídos – sobre los gigantes en Atenas, el viaje imposible que tenía por delante
el Argo II, el misterioso cazador que Gea había enviado a interceptar a la
Atenea Parthenos.
“Reyna, Nico y el entrenador Hedge,” dijo.
“Estan en peligro. Necesitamos avisarles.”
“Nos encargaremos de eso cuando lleguemos
al barco,” Piper prometío. “Tu trabajo ahora es relajarte.” El tono que uso era
dulce y confiado, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas. “Además, ellos tres
son un equipo rudo. Estaran bien.”
Jason tenía la esperanza de que fuera así.
Reyna había arriesgado tanto para ayudarlos. El entrenador Hedge era un poco
hartante a veces, pero era un protector leal para toda la tripulación. Y Nico…
Jason estaba especialmente preocupado por él.
Piper acaricio con su pulgar la cicatriz en
el labio de Jason . “Una vez que la guerra termine… todo se resolverá para
Nico. Hiciste lo que pudiste, siendo un amigo para él.”
Jason no estaba seguro de que decir. No le
había contado a Piper nada sobre sus conversaciones con Nico. Habia mantenido
el secreto de di Angelo.
Aún así … Piper parecía notar que algo
estaba mal. Al ser una hija de Afrodita, tal vez podía sentir cuando alguien
tenía un problema de corazón roto. No había presionado a Jason para que hablara
sobre eso. Era algo que apreciaba.
Otra oleada de dolor lo torturo.
“Concéntrate en mi voz” Piper beso su
frente. “Piensa en algo bueno. Pastel de cumpleaños en el parque de Roma –“
“Eso fue lindo”
“El ultimo invierno,” ella sugirió. “La
guerra de malvaviscos en la fogata.”
“Te vencí completamente”
“¡Tuviste bombones en el pelo por días!”
“Claro que no”
La mente de Jason viajo a mejores tiempos.
Quería quedarse para siempre en este
momento – hablando con Piper, tomando su mano, sin preocuparse por los gigantes
o Gea o la locura de su madre.
Sabía que necesitaban regresar al barco. Estaba
en mal estado. Tenían la información por la que habían venido. Pero ahora que
estaba recostado sobre las frías rocas, Jason tuvo una sensación de estar
incompleto. La historia de los pretendientes y la reina Penelope… sus
pensamientos sobre la familia… sus sueños más recientes. Todas esas cosas daban
vueltas sobre su cabeza. Había algo más en este lugar – algo que faltaba.
Annabeth vino cojeando desde el borde de la
montaña.
“¿Estas herida? Jason le pregunto.
Annabeth miro hacia su tobillo. “Esta bien.
Es solo mi vieja herida de las cavernas de Roma. A veces cuando me estreso … No
es importante. Ya le envie la señal a Leo. Frank cambiara de forma, volara
hacia aquí y nos llevara al barco. Necesito hacerte una camilla para mantenerte
estable.”
Jason se imaginó colgando de una hamaca, balanceándose
en las garras de Frank el águila gigante, pero decidio que eso era mejor que
morir.
Annabeth se puso a trabajar. Tomo los
harapos que habían dejado atrás los pretendientes –un cinturón de cuero, una
túnica rota, cordones de las sandalias, un manto rojo y un par de puntas de
lanza rotas. Sus manos se movían con rapidez alrededor de los materiales
–rasgando, tejiendo, amarrando, trenzando.
“¿Cómo haces todo eso?” Jason pregunto con
sorpresa.
“Practique durante mi aventura bajo Roma”
Annabeth continuo trabajando. “No había tenido una razón para tejer, pero en
ocasiones es útil, como cuando quieres mantener lejos a las arañas…”
Amarro el ultimo trozo de cuero y voilà – una
camilla lo suficientemente larga para soportar a Jason, con lanzas como barras
de agarre y cinturones para inmovilizar en el medio.
Piper silbo en forma de apoyo. “La
siguiente vez que necesite modificar un vestido, hablare contigo.”
“Callate, McLean,” Annabeth dijo, pero sus
ojos brillaban con satisfacción. “Ahora, vamos a inmovilizarlo”
“Esperen” Jason dijo.
Su corazón martilleaba. Ver a Annabeth tejer
la cama, Jason recordó la historia de Penelope – de como soporto veinte años,
esperando a que su esposo Odiseo regresara.
“Una cama,” Jason dijo. “Existia una cama
especial en este palacio.”
Piper lo miro preocupada. “Jason, haz
perdido un monton de sangre.”
“No estoy alucinando” él insistio. “La cama
matrimonial era sagrada. Si había un lugar donde pudieras hablar con Juno…”
Tomo una bocanada de aire y grito. “¡Juno!”
Tal vez Piper tenía razón. No estaba
pensando claro.
Pero, a unos vente metros de distancia, el
suelo de roca se resquebrajo. Ramas crecieron desde el suelo, cambiando de
forma y tamaño hasta que un olivo adulto cubrió con su sombra el patio. (Nota
del traductor: en ingles dice courtyard, lo que se podría traducir como patio
del rey. Asi que es perfecto que la reina de los dioses se aparezca allí mismo)
Debajo de un dosel de hojas verde oscuro
estaba de pie una mujer de cabello oscuro con un vestido blanco, una piel de
leopardo sobre sus hombros. Su baculo estaba coronado por una flor de loto
blanca. Tenía una expresión de tranquildad y de realeza.
“Mis héroes,” la diosa dijo.
“Hera,” Piper dijo.
“Juno,” Jason la corrigio
“Lo que sea”, Annabeth gruño. “¿Qué asuntos
la traen por aquí, su Bovina Majestad?”
Los oscuros ojos de Juno centellaron
peligrosamente. “Annabeth Chase. Tan dulce como siempre.”
“Bueno, si,” Annabeth le respondio, “Acabo
de regresar del Tartaro, por lo que mis modales están un poco oxidados,
especialmente hacia la diosa que borro las memorias de mi novio, lo desapareció
por meses y luego – “
“Honestamente, niña. ¿Vamos a pelear de
nuevo por eso?”
“¿No se supone que deberías de sufrir por
la doble personalidad?” Annabeth pregunto. “Me refiero –más de lo usual”
“Momento,” Jason intercedio. También tenía
muchas razones para odiar a Juno, pero por el momento había otros temas que
tratar. “Juno, necesitamos tu ayuda. Nosotros – “ Jason trato de sentarse e
inmediatamente se arrepintió de hacerlo. Sus intestinos parecían estar siendo
torcidos por un tenedor gigante para spaghetti.
Piper evito que volviera a caer. “Primero
lo primero,” ella dijo. “Jason esta herido. ¡Sanalo!”
La diosa fruncio el ceño. Su silueta vibro
desequilibrada.
“Hay cosas que los no podemos curar,” ella
dijo. “Su herida alcanza su alma y su cuerpo. Tendras que luchar contra ella,
Jason Grace… tienes que sobrevivir.”
“Oh si, gracias,” él dijo, con la boca
seca. “Eso intento.”
¿A que te refieres con que la herida esta
tocando su alma?” Piper demando. “¿Por qué no puedes –“
“Mis héroes, el tiempo juntos es corto,”
Juno dijo. “Estoy agradecida que me hayan invocado. He pasado semanas en un
estado de dolor y confusión.. mis naturalezas griega y romana luchando entre
ellas. Peor, me he visto forzada a esconderme de Jupiter, que me busca debido a
su ira ciega, creyendo que yo cause esta guerra con Gea.”
“Que
terrible,” Annabeth dijo “¿Quién pensaría una cosa asi?”
Juno la miro irritada. “Afortunadamente,
este lugar es sagrado para mi. Al haber eliminado a esos fantasmas, lo han
purificado y me dieron un momento de claridad. Me será posible hablar con
ustedes –aunque sea un momento.”
“¿Por qué es sagrado … ?” Los ojos de Piper
se abrieron. “Oh. ¡La cama matrimonial!”
“¿Cama matrimonial?” Annabeth pregunto. “No
veo ninguna –“
“La cama de Penelope y Odiseo,” Piper le
explico. “Uno de los postes de la cama era un árbol de olivo vivo, por lo que
era imposible moverla.”
“Asi es.” Juno paso su mano por la corteza
del olivo. “Una cama matrimonial inamovible. ¡Que bello símbolo! Como Penelope, la esposa más fiel,
manteniéndose firme, alejando a cientos de pretendientes todos los años porque
estaba segura de que su esposo regresaría. Odiseo y Penelope –la epitome del
matrimonio perfecto.” ’
Incluso en su pobre condición, Jason estaba
bastante seguro de que Odiseo estuvo con otras mujeres durante sus viajes, pero
decidio que no era buena idea traerlo a la conversación.
“¿Podrías darnos un consejo, al menos?” pidió.
“¿Qué es lo que debemos hacer?”
“Naveguen a través del Peloponeso,” dijo la
diosa. “Como sospechan, esa es la única ruta posible. En su camino, busquen a la diosa de la
victoria en Olimpia. Esta fuera de control. Al menos que la puedan atrapar, la
brecha entre los romanos y los griegos nunca podrá ser curada.”
“¿Te refieres a Nike?” Annabeth pregunto. “¿Cómo
es que perdió el control?”
Truenos sonaron en el cielo, haciendo
temblar la montaña.
“Explicarlo tomaría mucho tiempo,” Juno dijo. “Debo de irme antes de que Jupiter me
encuentre. Una vez que me vaya no podre ayudarles de nuevo.”
Jason evito contestarle con: ¿Cuándo fue la
primera vez que nos ayudaste?
“¿Qué más debemos de saber?” pregunto.
“Como lo oyeron, los gigantes están reuniéndose
en Grecia. Unos cuantos dioses podrán ayudarles en su aventura, pero no soy el único
Olimpico que tiene problemas con Jupiter. Los gemelos también sufren por su
ira.”
“¿Artemisa y Apolo?’ Piper pregunto. “¿Por qué?’
La imagen de Juno comenzó a desvanecerse. “Si
llegan a la isla de Delos, ellos estarán listos para ayudarles. Están
desesperados por hacer algo que les ayude a estar en paz con Jupiter. Vayanse. Tal vez nos veremos de nuevo en
Atenas, si es que triunfan. Si no lo hacen…”
La diosa desapareció, o tal vez la vista le
estaba fallando a Jason. El dolor lo arrollo. Su cabeza se inclinó hacia atrás.
Vio que un águila gigante planeaba en círculos sobre ellos. Luego el cielo azul
se volvió negro y Jason dejo de ver.
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Capitulo tres Capitulo Cinco
cada cuanto tiempo se suben los capitulos?
ResponderBorrarNormalmente los traductores subimos actualizaciones de los capitulos cada dos días o algo así; pero debido a que estudiamos esta semana hemos tenido dificultades.
BorrarGracias por tu preocupación, en breve actualizaremos este capitulo.